Viera es el nombre vulgar que reciben los pectínidos (Pectinidae). Las vieiras
son moluscos bivalvos y están emparentados muy de cerca con las
ostras y, en menor medida, con las
almejas.
El nombre en castellano es viera, aunque al ser un marisco muy típico de las costas de
Galicia se emplea su forma gallega. También se le conoce con el nombre de vieira gallega o
europea.
Su valva superior es casi plana y de una dimensión algo menor a la inferior, que
a su vez es convexa. Rondan los 10-15 centímetros de diámetro. Los bordes de la superior están
ligeramente introducidos en la inferior. Ambos son afilados y ondulados. En su parte exterior las
valvas están recorridas por surcos que salen de sus vértices. Estos radios acaban en el borde
curvado de las conchas, que tienen forma de abanico, permitiendo así determinar su edad. Para abrir
y cerrar las valvas las
vieiras
utilizan el abductor, un poderoso músculo. Son utilizadas para desplazarse mediante sacudidas.
Abriéndolas y cerrándolas rápidamente producen corrientes de agua que les ayudan a despegar del
fondo en el que viven.
A diferencia de otras especies de moluscos, las vieiras habitan sobre la arena o
sobre fondos gravosos. Suelen vivir a unos 100 metros de profundidad, allá donde las aguas son más
limpias. Utilizan branquias para respirar, por lo que necesitan que el agua de la que cogen el
oxígeno no esté contaminada. Es por ello que la consumición de vieiras pescadas en zonas de mareas
rojas (con presencia masiva de
algas marinas)
está desaconsejada. Al igual que otros bivalvos, se alimentan filtrando agua. Consumen
fitoplancton, algas y otras partículas orgánicas. A su vez, son alimento sobre todo de estrellas de
mar, que son capaces de consumirlas incluso con las valvas, gracias a las enzimas digestivas que
segregan.
Las vieiras son hermafroditas. Durante la fase de crecimiento se desarrolla
primero el aparato reproductor masculino, antes que el femenino. La reproducción se da de forma
externa: durante el verano se produce el desove y posteriormente la fecundación de los huevos. Las
larvas resultantes se adhieren mediante bisos a un soporte que no abandonan hasta que no se forman
las conchas.
Además de la vieira gallega existen otras variantes, aunque menos
comunes. Tal es el caso de las vieiras francesas o vieiras inglesas, que presentan
ligeras diferencias. El color de estas es algo más pálido que el de la vieira gallega, mientras que
sus conchas encajan a la perfección, por lo que no se produce el acople de una en otra.
Tienen gran importancia en la gastronomía, al ser su carne muy apreciada entre
todas las del
marisco.
En épocas navideñas, donde el frío es más intenso, las vieiras están más solicitadas en el marcado.
Las aguas suelen estar más limpias, por lo que estos moluscos comen mejor y ganan en calidad
gastronómica. Para su pesca los denominados
mariscadores
emplean el arte del rastrillo, al igual que con otros moluscos. Se trata de arrastrar un rastrillo
de mango largo por el fondo del mar, para recoger todo lo que encuentren a su paso. El cultivo de
la vieira también es una práctica muy utilizada. Se emplea para controlar y engordar los ejemplares
capturados a fin de obtener mayor beneficio a la hora de comerciar con ellos. |