Mejillón es el nombre con el que se conoce vulgarmente a los moluscos de la familia
Mytilidae, dentro del grupo de los bivalvos. La especie Mytilus edulis recibe el
nombre de mejillón común.
Los mejillones suelen tener tamaños de entre 8 y 15 centímetros si proceden de
bancos naturales. Se componen principalmente de dos conchas o valvas y del cuerpo o molla, situado
en el interior de estas. Las valvas son alargadas, semicirculares en un extremo y puntiagudas en
otro. Son similares la una a la otra, lisas y marcadas únicamente con las líneas de crecimiento.
Quedan unidas mediante una charnela, que permite al mejillón abrirlas o cerrarlas fácilmente. Esto
impide la desecación y le ayuda a alimentarse. Las conchas de los
mejillones
presentan un color negro azulado y muy frecuentemente están colonizadas por fuera por otros
organismos vivos más pequeños. La molla es de un color blanquecino-anaranjado.
Para formar bien sus conchas necesitan de agua. Por ello, a los mejillones les
gusta vivir en zonas donde hay corrientes, sitios donde el agua se mueve y se renueva
constantemente. Son más típicos de ambientes marinos, aunque también es muy común encontrarlos en
estuarios o rías. A veces se encuentran en fondos fangosos aunque lo más normal es que se hallen en
las rocas litorales a poca profundidad. Prefieren el agua limpia y templada. En aquellas rocas
donde rompen las olas no es raro ver grandes concentraciones de estos moluscos, ya que se agrupan
para asegurar el alimento de todos y la cría segura de las larvas. Los mejillones se sujetan a las
rocas mediante los llamados bisos, que son unos filamentos adhesivos formados por proteínas y
segregados por una glándula especial.
Su alimentación básica consiste en fitoplancton, que filtran a través de las
valvas. El poder de filtración de los mejillones es enorme, pudiendo alcanzar los ocho litros por
hora. Por otro lado, su mayor enemigo en el hábitat natural son las estrellas de mar. Estas
consumen y digieren el mejillón entero, incluidas las conchas, en muy poco tiempo. Esto es posible
gracias a sus enzimas digestivas. En un orden menor, algunas especies de crustáceos también suponen
un peligro para la vida de estos animales. Además de los peligros que encuentran fuera de las
valvas, en ocasiones son los organismos que habitan en el interior los que provocan problemas de
salud al molusco. Así, por ejemplo, el pequeño crustáceo llamado copepodo se puede instalar
en el aparato digestivo poniendo al
mejillón
muy enfermo, provocándole en ocasiones la muerte. También puede sufrir problemas en su cámara
branquial, en la que a veces habita un cangrejo muy pequeño que le provoca lesiones en las
branquias y en los palpos.
Las especies más conocidas además del mejillón común son la del mejillón
rubio o mejillón mediterráneo (Mytilus galloprovincialis), el de labio
verde, el californiano, el dátil de mar, el atlántico, el bastardo
o el cebra. El rubio se trata de una especie invasora, ya que ha conseguido desplazar
al mejillón común de muchas de las costas atlánticas y mediterráneas.
Cultivo de mejillón
El cultivo de mejillón es una práctica muy común. Resulta muy rentable por el
poco coste que requiere y los buenos y rápidos resultados que ofrece, ya que los mejillones se
desarrollan a un ritmo muy elevado. Consiste en simular un vivero dentro del mar, sujeto gracias a
flotadores, cuerdas, cadenas y bases de hormigón. Cada abril se despegan los ejemplares que habitan
el vivero y se comercializan, siendo Galicia uno de los lugares más productivos del mundo. |